En la plaza del pueblo la carnicería continuaba calles llenas de cuerpos abatidos y mutilados, la sangre fluía en lo adoquines dejando su dulce aroma a extinguida vida y en el centro de todo estaba Corvax, en una de sus manos baldía un hacha negra como su mirada y en la otra el cráneo de su mas reciente victima, extasiado antes los cuerpos caídos a sus pies, delgados hilos de sangre escurrían de los bordes de su boca y su sonrisa permitía ver sus dientes puntiagudos con trozos de carne de el ultimo guerrero vencido. A su alrededor, gritos y sollozos de los moribundos y de los heridos, música producida por el terror y la desesperación.
Corvax inicio su retirada de la plaza por la calle que se dirigía al sur, sus soldados seguían masacrando a la población que se resistía aun en algunos puntos. En su desinteresado y placentero andar entre vísceras y sangre disfrutando el placer que le causaba tanto dolor a su alrededor. De la nada un hombre surgió de uno de los edificios que flanqueaban la amplia cale y con un salto trato de empalar a Corvax en su lanza pero lo único que su hoja encontró fueron las duras piedras del adoquinado de la calle y en el siguiente instante sintió un fuerte dolor en el pecho y un frió que comenzaba a apoderarse de el, lentamente bajo su mirada para encontrarse con una mano abierta surgiendo de su pecho, cinco dedos que terminaban en afiladas garras escurriendo sangre, su pecho abierto y destrozado y en su oído una risa que aumentaba en tono y fuerza, Corvax entonces saco su brazo de la espalda del hombre dejándolo caer fuertemente al suelo como si fuera un fardo descartado y procedido a llenarse de placer mientras descuartizaba a su victima con poderosos golpes de hacha, con cada arremetida la sangre salpicaba sus brazos, su rostro y el reía como si fuese un niño, en sus ojos la matanza y la batalla eran su diversión, la sangre y las vidas que se extinguen su alimento y su placer y el dolor que podía inducir a su mas grande convicción y Corvax siguió destazando y asesinando.
Y así siguió su camino cruzando una esquina una cabeza volaba y 3 pasos después un cuerpo caía partido en 2 y Corvax rojo de pies a cabeza sus amarillos aojos con un tinte rojo y perdidos de la carnicería. En los últimos momentos ni sus mismos hombres fueron afortunados para evitar su ira, para evitar su necesidad.
Al final solo el levantado sobre un montículo de carne y bañado en sangre Corvax levanto su hacha al sol del atardecer y sonrió.
2 comments:
guey mucha violencia retenida
me gusto este pedo pero esta mas chingol lo otro creo..
a caray ya me ganaron ser el primero en poner comment, pero bueno estan padres tu fumadas..jaja no obvio esta muy interesante la forma en que pones y expresas muchas cosas... suerte velihombre
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